“Los paradigmas son poderosos porque crean los cristales o las lentes a
través de los cuales vemos el mundo. El poder de un cambio de paradigma es el
poder esencial de un cambio considerable, ya se trate de un proceso instantáneo
o lento y pausado.” (Stephen Covey)
Es muy larga la tradición sobre la polémica que existe entre los métodos de investigación cuantitativa y cualitativa, si bien es cierto, hasta hace algunos años la mayoría aplicaba el método de investigación cuantitativo, no es menos cierto que en el último tiempo ha nacido el interés por buscar las compatibilidades y complemento entre ambas tendencias ya que fueron naciendo fuertes críticas a algunos métodos cuantitativos que tendían a distorsionar o simplificar demasiado realidades sociales complejas como vivimos a diario los naturópatas. Sin embargo, no se debe pensar que por buscar colaboraciones mutuas se va ha dejar de lado los aspectos fundamentales que han distanciado ambas concepciones, sino por el contrario, por ejemplo cuando una investigación trata de grandes muestras de datos y se espera resultados matemáticamente interpretables y donde se pueden identificar atributos medibles y pueden diseñarse y desarrollarse instrumentos para medirlo, el método cuantitativo será el más adecuado (Gardner, 1977; p. 591). Ahora bien, cuando se busca comprender el comportamiento de los sujetos implicados en un proceso de biodrenaje por ejemplo, intentando captar el propio proceso en su totalidad, las interacciones y significados de los sujetos entre sí y los sujetos con el medio ambiente, lo más apropiado será el enfoque cualitativo.